¿Conviene "aguantar" la miel?

Como cualquier otro producto agropecuario, la producción de miel depende de ciclos biológicos, muy fuertemente relacionados con el clima. Esto determina que su oferta esté concentrada en pocos meses del año, inmediatamente después de la cosecha. La pregunta es si, teniendo en cuenta la vieja ley de la oferta y la demanda, hay una estacionalidad en el precio de la miel, y entonces vale la pena “aguantar” la miel hasta poder venderla a un mayor valor. La cuestión no es menor, ya que se espera una menor producción en varias zonas del país, por lo que el productor necesita “sacarle el jugo” a una muy probable magra cosecha. Por otro lado la Argentina participa con algo más del 20% del comercio mundial, lo que tendria que reflejarse en los precios.
En el primer gráfico se muestran los promedios mensuales del precio de la miel, según lo que informa la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, actualizados por el Indice de precios internos al por mayor, para que puedan ser comparables los distintos períodos.

Si bien se observa una estacionalidad de los mismos, la misma no es demasiado significativa, ya que si comparamos por ejemplo el cuatrimestre Mayo-Agosto con Enero-Abril, hay un modesto 2% de diferencia, y si hacemos lo mismo con el último cuatrimestre del año versus el primero, la diferencia es de poco más del 8%.
Ahora, viendo mas en detalle la serie de precios analizada, se advierte que en el año 2004, debido a la crisis de precios post-nitrofuranos, la tendencia es inversa, dándose los mejores precios en los meses próximos a la cosecha. Sacando este año, obtenemos un gráfico como el de bajo.

Aquí la diferencia entre el 2do cuatrimestre y el 1ro es del 12%, y entre el 3ro y el 1ro del 23%.
Esto es sólo una primera aproximación al tema, que merece un análisis más exhaustivo, pero con estos datos y teniendo en cuenta lo que decíamos al principio, quizás sea una muy buena estrategia “aguantar” la miel hasta que mejoren los valores, dentro de las posibilidades

financieras de cada uno.